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Guía de estilo de una bomber

Si naciste antes del 2000, la recordarás como la prenda de los canis del colegio, posiblemente en tonos rosas y de un fieltro muy poco garadecido o de un nylon de acabado sedoso bastante cuestionable. Pero la bomber es una de las prendas con más historia: desde la Primera Guerra Mundial a las tribus urbanas y su continuo revival estación tras estación, incluso en pasarela.

La bomber a.C.

La chaqueta bomber nació mucho, mucho antes de los canis (a.C., permitidme esta licencia). En la Primera Guerra Mundial, se confeccionó esta chaqueta en cuero para los pilotos estounidenses. Aunque el modelo que pasó a la posteridad lo diseñaron Samuel Gelber y Herman «Breezy» Wynn, de la empresa  Alpha Industries, en nylon negro o verde militar y con el interior en naranja para que los soldados pudieran darle la vuelta y ser vistos en el rescate. Era la cazadora Flight Jacket MA-1, y en los sesenta, los skinheads británicos se la apropiarían como uniforme y respuesta a los "pijos" que vestían la Harrington (parecida pero con cuello y forro de tartán).

En los años 90 se convirtió en el fetiche de los grunge, con sus botas Dr. Martens. Y en los dosmiles, mientras los canis y los bakalas del instituto paseaban las Chevignon brillantes por el aula, empezaríamos a verla en pasarela. Raf Simons la plantaba en su colección Fall/Winter 2001. Y aquí comenzó su popularización, ya no era propiedad de tribus urbanas ni estilos revolucionarios, la bomber se transformaba con lanas, algodones, estampados y formas para vestirnos a todos temporada tras temporada.

La bomber d.C

Después de Raf Simons, todas las grandes marcas han recuperado esta chaqueta en alguna de sus colecciones. ¿Por qué? Tengo dos teorías. La primera es que todos los clásicos vuelven (esto no es nuevo) y si tienen historia aún más. Se recupera el traje de chaqueta blanco por Bianca Jagger, la gabardina por su historia en el cine (de los capos a Marlene Dietrich), los chalecos por Annie Hall, el little black dress por Coco Chanel... La segunda es que es una chaqueta que suma o resta al look, según lo necesites. Es decir, con un vaquero y siendo de un buen tejido, hace resultón un look sencillísimo; con un vestido, le baja formalidad y le da un buen guiño. Y a todos los looks le da ese rollo que ha hecho que la bomber perdure en el tiempo.

En VEST, decidimos reinventarla. Es una prenda que, quizá influida por reminiscencias de mi época de estudiante, creía que necesitaba sofisticación y adaptación a todos los públicos. Es decir: el ser tan ceñida a la cintura no le gusta a todo el mundo, el acabado brillante del nylon tampoco, la piel es a veces complicada y armada... La nuestra tenía que seguir la estela de la elegantísima Charlotte, con algodones y linos, con estampados inspirados en las prendas de abrigo inglesas y con una cintura ajustable para que puedas llevarla suelta o ceñida como las bomber clásicas. Por supuesto, no sería VEST si no se desmontaran las mangas para hacerla chaleco.

 

Atención porque este octubre de 2024 llegan dos ediciones limitadas y exclusivas que, aunque esté mal que yo lo diga, se salen de las normas para vestir desde una boda a un paseo por El Retino. Stay tuned!

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