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La cesta está vacía

Si VEST vistiera una película...

Si VEST vistiera una película, habría hombreras, volúmenes, formas, flores, telas singulares. Habría música suave, como la de Call me by your name, mientras la protagonista pasea con una blusa de flores, y habría un saxo sonando en Manhattan mientras una mujer camina con pantalones anchos y un bolso joya entre la multitud. Habría chalecos en una azotea, ojalá, vestidos por Diane Keaton, y Emma Stone bailaría con una blusa llamada Paloma. Ay, si VEST vistiera una película, vestiría todas estas.

Si VEST vistiera una película, elegiría todas estas

Pobres criaturas (2023)

Esas mangas, ese romanticismo, ese rollo barroco tan atrevido... Todo en el vestuario de Pobres criaturas es para mirar con mucha atención. Me gusta pensar que Emma Stone podría llevar la blusa Paloma, en el jardín de esa singular (por utilizar un adjetivo ligero) casa, mientras lee en la tumbona tomando un cóctel y viendo pasear al pato-perro y a la cabra-pájaro.

Sexo en Nueva York (1998)

Me remito a la serie más que a las películas, estas últimas tienen un vestuario impecable, atrevido, divertido... Pero fue la serie de los noventa la que marcó un precedente en temas de estilo: viste como te dé la gana. No hay nada escrito, y las tendencias cambian, así que no hay mucha solidez en vestir como te dictan y sí en vestir como quieras tú. Esta es una máxima que sigo a rajatabla. ¿Otra cosa que me encanta? Aunque hay un despliegue de vestuario alucinante y los armarios de estas cuatro amigas no son precisamente minimalistas ni sostenibles, sí apuestan por invertir y reutilizar

El hilo invisible (2017)

Es una película delicadísima de un modisto del Londres de los años 50. El cuidado que hay para que veas esos vestuarios y esas creaciones impecables y que dos modistos reales hayan participado como intérpretes (los personajes de Nana y Biddy) la hace aún más especial. Si ahondas un poco, vas a alucinar con todo el trabajo artesanal que hay detrás del vestuario. Cuando la veo, recuerdo mi vestido de novia, hecho a mano por mi madre con un, cómo no, chaleco largo de encaje por encima. Quién sabe si algún día VEST hará algo así...

 Blade Runner (1982)

Puede parecerte un poco raro que ponga aquí una película de acción retrofuturista de androides y vida en el espacio. Pero su vestuario ha inspirado a diseñadores como John Galliano, Alexander McQueen, Paco Rabanne… Cuellos enormes, volúmenes, tul y valentía, mucha valentía en Blade Runner. Y aunque en VEST hay una apuesta por lo ponible, también hay cierto riesgo en las hombreras, las mangas grandes, el volumen de las prendas... Ver este tipo de películas inspira para ir un pasito más allá.

Una cara con ángel (1957)

Este sería el polo opuesto a la anterior: elegante, segura, sofisticada y girly. El conjunto negro de Audrey Hepburn que le sienta como un guante y funciona como un uniforme de diario y, de repente, el estallido del elegantísimo vestido rojo. Le pondría los pantalones George con ese jersey fino de cuello alto que siempre viste ella y una Charlotte. Dime si no ves a Audrey con ese look.

Yves Saint Laurent (2014)

Cualquier biopic de un diseñador o diseñadora me interesa, sobre todo de los clásicos, los que marcaron un camino que sirve de inspiración hasta para el más extremo de los diseñadores contemporáneos. Este en particular, Yves Saint Laurent, me parece una película que vería cada vez que busco inspiración.

Bonnie & Clyde (1968)

Pañuelos, boinas, americanas, gabardinas, punto, sombreros, abrigos con cinturón... Bonnie & Clyde tiene más de medio siglo y es pura inspiración la sofisticación de sus estilismos. A Bonnie le pondría la gabardina Greta, me la imagino con ella abierta, y debajo su clásico traje de tweed con la chaqueta ceñida con un cinturón. Este vestuario es un ejemplo de que los clásicos siempre vuelven, si es que alguna vez se han ido.

La modista (2015)

Al gusto por los biopics de diseñadores voy a sumar las historias ficticias de la moda. Esta va sobre sobre una modista reconocida que tuvo que salir de su hogar para convertirse en quien quería ser. La historia no es revolucionaria, pero es entretenida y, ay, los vestuarios. Son una barbaridad, hasta su camisón y su bata son dignos de mención. Y Kate Winslet siempre es un sí rotundo. Me encantaría ponerle mi gabardina Greta con uno de los tocados o los sombreros que lleva en la película.

Annie Hall (1977)

Si hay una actriz en el planeta de quien podemos decir que tiene absoluta personalidad vistiendo, esa es Diane Keaton. De hecho, su estilo ha traspasado los guiones y en todas sus películas la podemos ver con prendas que llevaría fuera de las mismas. En Annie Hall marcó muchos precedentes: el traje masculino sienta fenomenal, se puede ir cómoda y sofisticada, los chalecos son grandes aliados para un look. Por ella, el chaleco Annie se llama así. Y, por supuesto, le sentaría como un guante con los nuevos pantalones George.

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