Siete cosas que me hacen sentir bien

Hace tiempo empecé a tomar decisiones. Uno escucha esto y parece que se cuadra; suena serio y lo es, pero no grave. Lo que hice fue empezar a pensar qué necesitaba yo, a escuchar a mi cuerpo, a leer cosas que alimentaban mi cabeza pero también mi alma... A entender que cada cosa que hacemos en el día tiene una consecuencia, positiva o negativa, en nuestro cuerpo y en nuestro ánimo (y en el de los demás). Y descubrí siete cosas que me hacen sentir bien.

Estas son las siete cosas que me hacen sentir bien

Hacer deporte, el que sea.

No estoy en forma. Que esta declaración sirva para todas las que lean esto y piensen "uf, no sé si es para mí". Yo llevaba mucho tiempo sin hacer un deporte continuo que, además, me motivara y me apeteciera. Y probé el pilates gracias a Aca Cerezo. Es exigente, es duro y es muy satisfactorio. Lo estoy haciendo en Fitísimo Concept, porque es verdad que a mí, que me puede el aesthetic, hacerlo en un sitio tan bonito donde además puedo tomar un café y trabajar después es un lujo.

Hacer algo por mí cada día, aunque sea algo pequeño

Desde ponerme una mascarilla a salir a cenar con amigas. Dedicarme un ratito de silencio. Ver una película o leer un libro y solo hacer eso. Darme una ducha relajante. Todas estas actividades tienen una cosa en común, además de que son  conmigo misma: implican dejar el móvil y la multipantalla durante un rato. Es verdad que en la ducha o en una cena con amigas es fácil. Leyendo un libro, viendo una serie o con el skincare se nos van los ojos al móvil. Yo estoy dejándolo, ese ratito aunque sea, para centrar mi atención en una cosa: la que me apetece de verdad. 

Salir a caminar con mis perras

Me gusta dedicarles tiempo, verlas contentas y libres, saber que las estoy cuidando de verdad y a conciencia. Tener un perro no es tener un perro; es compartir tu vida con un perro, no es una posesión ni un check de cuidados básicos. Es un compañero que quiere disfrutar de ti y, cuando le dedicas tiempo, descubres que también te lo estás dedicando a ti, porque su compañía da mucha paz.

Invertir en algo con valor, hecho a mano, que signifique en sí mismo y para mí al adquirirlo

No voy a negar que, a veces, el todopoderoso Amancio pone un caramelito en su web y apetece. Pero lo cierto es que un porcentaje altísimo de mis compras (y cada vez más alto) va destinado a proyectos bonitos, hechos en España, de emprendores que ponen mucho amor en ellos. Y pasa algo curioso: cuando compro algo de una tienda gigante, me da satisfacción al momento, y es pasajera, como la tendencia. Cuando compro algo que de verdad tiene valor, que posiblemente requiera cierta inversión (como todo lo que se hace con mimo), la satisfacción es eterna, puedo ver un chaleco que compré hace mil años a un artesano, o un jarrón o un sombrero y seguir sintiendo que tengo algo importante.

Escucharme

A veces no es fácil, hay demasiado ruido, pero escuchar a mi cuerpo y dedicarme unos minutos para entender cómo estoy y qué necesito me ayuda física y emocionalmente. A veces solo necesito moverme o, mira, una hamburguesa rica. Otras veces necesito una sopa de verduras  y una infusión. Lo importante es escucharse, hacer lo mejor para tu cuerpo, que solo tenemos uno, y no aplicar más dogmas ni restricciones que haz lo que te sienta bien (ojo, no lo que te da mucha satisfacción y luego dolor de tripa).

Atreverme a hacer algo nuevo

Posiblemente veas mis looks y digas "oye, que atrevida", o veas mis directos y pienses "mira, qué espontánea". Lo cierto es que soy tímida, que me cuesta mostrarme y que a veces me cuestiono; como muchas de las que leéis esto. Pero, de nuevo, qué satisfacción atreverse, no importa el resultado: si fallas, aprendes; si te sale bien, te sientes fenomenal; y en el proceso, te conoces. Mostrarme en Instagram, apostar por mi marca, lanzarme a hacer deporte, probar a cocinar... No hay que hacer grandes gestos, solo algo que no hayas hecho.

Decirle algo bueno a alguien

Agradecer, decir "te quiero", reconocer algo bueno en los demás o sonreírle a alguien que te deja pasar. Ser amable no es difícil y hace mucho por el que tienes enfrente y por ti mismo.

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